La Bonarda fue la variedad adoptada por los inmigrantes italianos a fines del siglo XIX, llegando a ser en los años 90 la uva tinta mas cultivada de Argentina. Es una variedad que se adapta a suelos livianos y necesita un ciclo vegetativo extenso. Es en el sureste de Mendoza donde las temperaturas medias permiten alcanzar su nivel optimo de madurez.